Los juegos en el bosque _que el viento hableMarzo - abril de 2016Museo Nacional de Artes Visuales MNAVLa trayectoria artística de Claudia Anselmi se asocia espontáneamente al dibujo y al grabado, técnicas que surgen de su íntima naturalidad. Ella es su obra de la manera más auténtica en que un artista pueda hacerse visible a través de sus imágenes; sus bosques son la expresión de sí, un escaparate de su propia interioridad, pasible de cambios que afloran en su hacer, mudanzas transmutadas en creatividad. Sutil y elegante en sus concepciones más inclinadas a la línea, sólida y vigorosa en sus resoluciones más apasionadas. El despliegue de su inmersión en el mito tiene la riqueza formal de cada técnica utilizada con solvencia y la legitimidad de «su corazón al desnudo», al decir de Baudelaire. La obra, desarrollo de símbolos en el espacio, es asimismo un despliegue de refinada resolución técnica, manejo diestro del trazo y riqueza de matices generados en cada imagen a pesar del ejercicio restringido del color, en un todo distribuido alternando armonía apacible y desasosiego intimidante: del despojo al desborde de elementos plásticos y de la solidez de un metal recortado a lo incorpóreo de una sombra, pasando por lo etéreo de los paneles de seda. Una multiplicidad de vías de expresión como itinerario de un universo personal, real e imaginario.«La imaginación poética no es invención, sino descubrimiento de la presencia», Octavio Paz (El arco y la lira).María E. YugueroCuradora
Los árboles no dejan ver el bosque, y gracias a que así es, en efecto el bosque existe. La misión de los árboles patentes es hacer latente el resto de ellos, y sólo cuando nos damos perfecta cuenta de que el paisaje visible está ocultando otros paisajes invisibles nos sentimos dentro de un bosque.José Ortega y Gasset, Meditaciones del Quijote
Los paneles siempre los imaginé a través de las distintas texturas de sus materiales y dibujos, como una gran unidad. La forma circular del montaje es parte del ciclo vital y va de la mano con la experiencia que cada uno de los visitantes le aporta. «El bosque huye de los ojos» escribió Ortega y Gasset, se intuyen presencias y ausencias a través de las veladuras y las sombras que proponen los paneles semitransparentes de la instalación. Sobre el término del trayecto se encuentran las siluetas de mis hijos, que ya han atravesado el bosque y continúan avanzando hacia el final de la sala, donde el mural a lápiz Inicio de ciclo, todavía inconcluso, se extiende sobre la pared del museo.Claudia Anselmi
Memorias de vientoUna historia performática y bailada, dentro de otra historia en movimiento16 de abril de 2016, Museo Nacional de Artes Visuales MNAVConcepto: Claudia AnselmiCoreografía y danza: Manuela Casanova y Sofía DibarboureVestuario: Maite BastarricaColaboración: Ignacio Vecino y Gustavo JaugeRegistro: Fernando Álvarez Cozzi MNAV
El catálogo de 100 páginas que acompaña la muestra contiene textos de Enrique Aguerre, Stella Elizaga, María E. Yuguero, Marco Maggi y Claudia Anselmi.Cronología y diseño gráfico a cargo de Eloísa Ibarra. Selección de prensa y publicaciones, con textos en español e inglés, fotografías de las obras expuestas a cargo de Eduardo Baldizán.MEC-DNC, Museo Nacional de Artes VisualesMontevideo 2016
Los juegos en el bosque _que el viento hableMarzo - abril de 2016Museo Nacional de Artes Visuales MNAVLa trayectoria artística de Claudia Anselmi se asocia espontáneamente al dibujo y al grabado, técnicas que surgen de su íntima naturalidad. Ella es su obra de la manera más auténtica en que un artista pueda hacerse visible a través de sus imágenes; sus bosques son la expresión de sí, un escaparate de su propia interioridad, pasible de cambios que afloran en su hacer, mudanzas transmutadas en creatividad. Sutil y elegante en sus concepciones más inclinadas a la línea, sólida y vigorosa en sus resoluciones más apasionadas. El despliegue de su inmersión en el mito tiene la riqueza formal de cada técnica utilizada con solvencia y la legitimidad de «su corazón al desnudo», al decir de Baudelaire. La obra, desarrollo de símbolos en el espacio, es asimismo un despliegue de refinada resolución técnica, manejo diestro del trazo y riqueza de matices generados en cada imagen a pesar del ejercicio restringido del color, en un todo distribuido alternando armonía apacible y desasosiego intimidante: del despojo al desborde de elementos plásticos y de la solidez de un metal recortado a lo incorpóreo de una sombra, pasando por lo etéreo de los paneles de seda. Una multiplicidad de vías de expresión como itinerario de un universo personal, real e imaginario.«La imaginación poética no es invención, sino descubrimiento de la presencia», Octavio Paz (El arco y la lira).María E. YugueroCuradora
Los paneles siempre los imaginé a través de las distintas texturas de sus materiales y dibujos, como una gran unidad. La forma circular del montaje es parte del ciclo vital y va de la mano con la experiencia que cada uno de los visitantes le aporta. «El bosque huye de los ojos» escribió Ortega y Gasset, se intuyen presencias y ausencias a través de las veladuras y las sombras que proponen los paneles semitransparentes de la instalación. Sobre el término del trayecto se encuentran las siluetas de mis hijos, que ya han atravesado el bosque y continúan avanzando hacia el final de la sala, donde el mural a lápiz Inicio de ciclo, todavía inconcluso, se extiende sobre la pared del museo.Claudia Anselmi
Memorias de vientoUna historia performática y bailada, dentro de otra historia en movimiento16 de abril de 2016, Museo Nacional de Artes Visuales MNAVConcepto: Claudia AnselmiCoreografía y danza: Manuela Casanova y Sofía DibarboureVestuario: Maite BastarricaColaboración: Ignacio Vecino y Gustavo JaugeRegistro: Fernando Álvarez Cozzi MNAV
El catálogo de 100 páginas que acompaña la muestra contiene textos de Enrique Aguerre, Stella Elizaga, María E. Yuguero, Marco Maggi y Claudia Anselmi.Cronología y diseño gráfico a cargo de Eloísa Ibarra. Selección de prensa y publicaciones, con textos en español e inglés, fotografías de las obras expuestas a cargo de Eduardo Baldizán.MEC-DNC, Museo Nacional de Artes VisualesMontevideo 2016